¡Tengo terror!

¡Tengo terror!

Felipe llegó con una angustia que no podía disimular, apretujaba sus manos una contra la otra, sudaba a mares y su rostro lo denunciaba: tenía terror. ¿De qué tenía terror Felipe? De no lograr el éxito.

El caso de Felipe es endémico en los chicos de hoy, casi todos tienen terror de no tener éxito, de no ser famosos, de no salir en los medios, y de no conseguir mucho dinero para darse la vida de lujo y confort que ven en las estrellas de Hollywood. No saben que quieren, pero eso… sí lo tienen claro.

Mi papá quiere que yo sea médico. Él es médico, mis tíos lo son y en nuestra familia hay esa tradición, casi todos son médicos, menos una tía que le dio por ser pintora y se echó encima a toda la familia, me dijo Felipe.

¿Y a ti qué te dice tu corazón? Le pregunté a Felipe. No sé.

Los chicos tienen demasiada presión. La sociedad de consumo los tiene contra la pared y están perdidos. Revisa cuánta presión ejerces en los tuyos. Podemos presionarlos malamente, a los golpes o con palabras injuriosas, o buenamente, retándolos más allá de sus límites, comparándolos con el hermano, el primo o el compañero mejor de la clase. Las dos formas son devastadoras para su autoestima y les impide conectar con sus verdaderos deseos, con lo que hay en su corazón.

¿Quién dijo que todos tenemos que ser profesionales, expertos en cálculo y matemáticas? Todos tenemos inteligencias distintas, competencias diferentes. Más que empujar a nuestros chicos mas allá de sus límites, permitamos que expandan sus talentos naturales, que se conecten con su propósito. Los más chicos necesitan disciplina, monitoreo, acompañamiento, cuando crecen, hay un momento en que su alma está hablando, entonces siéntate a escuchar con él.

¿Sabías que las personas más exitosas del mundo lo han sido porque se han conectado con su propósito? Gandhi llegó de Inglaterra con un propósito: abrazar, los amigos primero no le entendieron, luego se le unieron y detrás vinieron, decenas, cientos, miles, millones y ya sabemos lo que pasó en el enfrentamiento con los ingleses. La madre Teresa tuvo un propósito, ayudar a los enfermos, se fue a Calcuta, sin dinero, sin conexiones, sólo con su amor y conocemos la fundación que hay detrás de su propósito que recibe millones de dólares para ayudar a otros. Marthin Luther King es otro ejemplo de propósito claro, conectado con su corazón, seres que trascendieron, se han ido pero permanecen.

Escucha lo que dice tu alma, la de tus chicos permite que ellos escuchen su llamado, de esta forma estaremos cimentando un mundo mejor.

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