08 Sep El secreto de la eterna juventud
El hombre a través de los tiempos ha buscado el secreto de la eterna juventud, algunos han banalizado el tema y lo han reducido sólo a mejillas sonrojadas, piel turgente, Botox y adiós arrugas. Empero, el asunto va más allá, pues la longevidad en los tiempos que corren se ha incrementado. Entonces con una mayor longevidad lo deseable es llegar a ser adultos mayores lúcidos, vitales y sin convertirnos en una carga para los seres que amamos.
En torno a esa pregunta y a esa búsqueda de secretos, trucos y opciones mi hijo Andrés me entregó recientemente unos elementos bastante interesantes.
Andrés hacía algunos años que no veía a su padre, él vive al otro lado del atlántico. Es un hombre adulto mayor, de 84 años. Antes de partir hablamos con Andrés acerca del natural deterioro en que encontraría a su padre.
Y el primer día que hablé con mi hijo fue de asombro, lo primero que me cuenta es: “mamá te sorprenderías de ver a mi papá, es como si no hubiera pasado un solo día desde que dejé de verlo, está lleno de vitalidad y entusiasmo, sigue haciendo deporte, monta en bicicleta a nuestro ritmo, tiene una novia poliglota y pintora con la que baila tres veces a la semana tango, continua tocando la guitarra y el piano…” ¡Qué bien hijo cuanto me alegro que tu padre esté en tan excelentes condiciones!
A simple vista uno diría que el papá de Andrés está cumpliendo la regla de oro: hacer deporte y conectarse con su lado lúdico, Andrés fue más allá, otro día me dijo: “Madre, mi papá cuida su comida, nunca come carnes rojas, solo pescado, frutas y verduras, pan y mucha pasta como todo italiano, me dice que nunca queda a reventar, se conecta con lo que está comiendo de tal forma que cuando siente que algo le puede sentar mal, lo retira. Pero… creo que el secreto de toda su vitalidad y energía radica en que le resbalan las cosas, no le pone drama a la vida, y lo mejor, no tiene ni una pizca de resentimiento”.
Yo siento que esa es la llave de la eterna juventud, soltar, dejar ir, andar por la vida ligero de equipaje. Que legado maravilloso para entregar a nuestros hijos. A veces no es fácil, siempre es posible, a veces podemos solos, a veces no, y necesitamos que alguien nos empuje. ¿Te animas a soltar? ¿Quieres que te apoye? Ponte en contacto.
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