Por un instante detente

Por un instante detente

Sólo por un instante detente. Por un breve instante para toda actividad, cierra tus ojos, observate y entra en la quietud.

Percibe tu respiración, sin controlarla, date cuenta de lo que sucede. Estate allí, contigo sólo por uno, dos o tres minutos.

Observa, siente lo que pasa. Un flujo de serenidad y paz te envuelve.

Sólo hazlo.

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