16 Feb OCHO SECRETOS PARA ENCONTRAR LA FELICIDAD
La felicidad es una cualidad divina de nuestro verdadero ser que es inherentemente alegre, libre y le gusta jugar. Tú puedes encontrar la expresión máxima de esta felicidad en niños pequeños que no han aprendido a preocuparse o a tomarse a sí mismos muy en serio. Juegan y ríen libremente, encontrando maravillas en las cosas más pequeñas. Son infinitamente creativos porque aún no han construido esas capas de condicionamientos que son las que crean nuestras limitaciones y restricciones. Ellos están en contacto con su intuición, la cual es una forma de inteligencia que va más allá de la mente racional. Más allá de ser superficial o trivial, la felicidad es una experiencia que proviene de nuestra naturaleza espiritual más profunda.
El camino a la felicidad es un retorno hacia la unidad. Tiene que ver con cambiar nuestra perspectiva del ego al espíritu. El miedo e inseguridad de nuestro ego, hacen que éste crezca en su propia auto importancia e intente controlar lo incontrolable mientras nuestro espíritu sabiendo que es eterno e infinito, simplemente permite que la vida suceda. Esto crea un estado de tranquilidad que nos predispone a reír y a sentirnos felices, alegres.
Si quieres cultivar más alegría, creatividad y amor en tu vida, los principios que presentaré a continuación te ayudarán a cambiar el enfoque de tu punto de referencia interno, cambiándolo de las limitaciones de una mentalidad enfocada al ego, a la libertad del espíritu.
Mientras todos experimentamos pérdida y tristeza, al final, la alegría y la risa desvanecen el sufrimiento como si fueran una nube de humo o polvo. Cuando sientes una felicidad momentánea, el deseo de reír a carcajadas o simplemente cuando sonríes sin razón aparente, estas realmente vislumbrando la realidad eterna. Por un momento efímero, el telón se abre y experimentas algo que va más allá de la ilusión que percibimos constantemente. Al pasar el tiempo, estos momentos de alegría comenzarán a unirse unos con otros. En vez de ser la excepción, este estado primordial de alegría se convertirá en tu condición normal.
El propósito de la gratitud es conectarnos a una visión más elevada de la vida. Tú tienes el poder de elegir hacia donde enfocarás tu atención, y cualquier cosa en la cual decidas enfocar tu atención, crecerá en tu experiencia. Si pones tu atención en aquellos aspectos del espíritu que demuestran amor, verdad, belleza, inteligencia y armonía, esos aspectos se irán expandiendo en tu vida. Poco a poco, como un mural de mosaico, fragmentos de plenitud que no tienen nada que ver entre sí, se fusionarán para formar una imagen completa. Eventualmente esta imagen reemplazará las imágenes limitadas o llenas de miedo que tu ego ha creado.
Tu valor es absoluto, y todo lo que te ocurre – ya sea que en ese momento sea algo que se sienta bien o no – es parte de un plan divino que se va desarrollando a nivel del alma. Desde el punto de vista convencional, la autoestima o el valor personal está ligado a tener un ego fuerte. Las personas que tienen egos fuertes sienten confianza y disfrutan el ponerse a prueba a sí mismos ante los obstáculos. Estas personas enfrentan los retos, y a cambio la vida les da dinero, estatus y posesiones – recompensas externas para logros externos. Sin embargo, en la realidad, nuestro valor es el valor del alma, el cual es infinito y nunca cambia. Debido a que los eventos que suceden en nuestras vidas no le pasan sólo a una persona, sino también a un alma, todo lo que sucede en nuestra vida, debe ser atesorado.
Aún cuando te sientas perdido o confundido, tu vida tiene un propósito. Tú determinas ese propósito a nivel del alma, y después, ese propósito se despliega en tu vida diaria como parte de un plan divino. Entre más profundamente estés conectado a este plan, más poderoso se convertirá en tu vida. Al final, nada podrá detenerlo. Al pasar tiempo meditando e involucrándote en otras prácticas que expandan tu conciencia, te sentirás cada vez más seguro de tu verdadero propósito.
Muchas personas viven en un estado de ansiedad crónica, sintiéndose aislados y amenazados por todos los peligros potenciales de la vida moderna. A pesar de que el miedo se siente muy real, nuestro verdadero ser nunca podrá ser lastimado o amenazado. Es por eso que los antiguos sabios decían que todo el miedo nace de la dualidad. Cuando nos damos cuenta de que somos uno con el resto de la existencia, es entonces cuando todo deja de ser extraño o sentirse aislado de nuestra naturaleza, y por lo tanto, nada podrá amenazarnos realmente.
Tú puedes, de manera gradual, comenzar a dejar ir tus miedos dañinos cuestionando tus pensamientos y abriendo tu conciencia. Cuando el miedo se haga presente, solo observa. Analízate y nota lo que están haciendo tu cuerpo y tu respiración, observa tu comportamiento, tú tono de voz, en fin, obsérvalo todo. Después, hazte la siguiente pregunta: “¿Quién está observando todo esto?” El observador es tu ser interno, ese centro silencioso que existe independiente y externo a tus miedos. Cambia tu centro de identidad a ese ser auténtico, y desde ese lugar podrás tener miedo, sin ser paralizado por él. El miedo será entonces sólo una alteración dentro de tu amplio campo de conciencia. Esta presencia estable de tu propia conciencia, permitirá que tu miedo se disipe mientras experimentas felicidad y paz dentro de tu ser.
Los obstáculos son señales que nuestro verdadero ser nos envía para avisarnos que necesitamos cambiar de dirección o tomar un nuevo rumbo. Si tu mente está abierta, percibirás la siguiente oportunidad para hacerlo. El secreto es abandonar la rigidez y confiar en la espontaneidad. No puedes planear con anticipación cómo enfrentar el siguiente reto, sin embargo, la mayoría de la gente trata de hacer exactamente eso. Se aferran a un pequeño repertorio de hábitos y reacciones, y así, crean un embudo y estrechan sus vidas.
El apegarse a lo familiar puede parecer reconfortante, pero te aislará por completo de lo desconocido, lo cual equivale a ocultar nuestro propio potencial de nosotros mismos. ¿Cómo podrías saber de lo que eres capaz si no estás abierto a los misterios de la vida, o a abrir las puertas a algo nuevo? Cada vez que te sorprendas reaccionando de una vieja y familiar manera, simplemente deténte. No inventes una nueva reacción; no caigas en lo opuesto a lo que normalmente haces. En vez de eso, pide para ti mismo una mente abierta. Ve hacia tu interior, convive contigo mismo y permite que tu siguiente respuesta venga por sí sola.
Cada pregunta incluye su propia respuesta. La única razón por la cual un problema surge antes de su solución es porque nuestras mentes están limitadas – pensamos en términos de secuencias, o en otras palabras, en términos de un antes y un después. Fuera de las limitadas fronteras del tiempo, los problemas y las soluciones surgen en el mismo instante. Mientras podrías pensar que se requieren esfuerzos heroicos para enfrentar al mundo y a nuestros problemas, de hecho, la verdad es totalmente lo contrario.
Cuando vives en un estado de conciencia expandida, actuarás sin esfuerzo, sentirás felicidad en lo que haces y tus acciones te traerán resultados.
Eres un co-creador junto con el universo y tienes a tu disposición energía infinita. Para obtener este poder creativo, sólo necesitarás conectarte con las energías fundamentales que se encuentran en juego dentro de ti mismo. El tipo de energía que puedes invocar en cualquier momento, dependerá de tu propio nivel de conciencia. La mayoría de las personas se apoyan en las energías superficiales generadas por el ego: El miedo, el enojo, el impulso competitivo, el deseo de lograr y el anhelo de recibir aprobación. No hay maneras correctas o incorrectas en los dominios de la energía, pero el ego fácilmente cae preso de la ilusión de que el miedo, el enojo, el impulso de lograr, en fin, todas esas cosas, son lo único que es real. Es decir, ignora las energías más elevadas del amor, la compasión y la verdad.
En el camino hacia la felicidad, debemos elevarnos a planos mentales cada vez más sutiles, y con cada paso, se pondrán a nuestra disposición nuevos niveles de energía. En los niveles más altos de conciencia, toda la energía se convierte en energía disponible. En ese punto, todos los deseos y anhelos que tienes estarán alineados con el universo, con Dios o con tu propio espíritu. Serás capaz de crear con una facilidad inmensa y sin esfuerzo alguno, y experimentarás la manifestación espontánea de tus deseos.
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