La vida es tiempo, quien te roba el tiempo te roba la vida

La vida es tiempo, quien te roba el tiempo te roba la vida

Así es,  la vida es tiempo y quien nos roba el tiempo nos roba la vida, y pasa que muchas  veces somos nosotros mismos quienes nos robamos la vida. La desperdiciamos  cuando nos  quedamos en una relación, en un trabajo, en un proyecto que no tiene futuro. De manera tozuda continuamos allí invirtiendo energía, recursos, vida.

El deseo que nos habita es un indicador de la frecuencia que vibra en ese espacio relacional, laboral, proyectivo. Nos permite desdibujar la imagen de la lontananza la inevitable verdad insoslayable a la cual irremediablemente nos enfrentaremos, la finitud.

En lugar de temerle o correr de huidas demos gracias a esa finitud que nos permite escribir una novela, poesía, emprender una empresa un proyecto, abrir el espacio de la creatividad,  el encuentro y el reencuentro con lo que nos apasiona, con lo que le da luz a la vida.

Asumamos y aceptemos que el tiempo es vida, entonces…pregúntate:

¿De qué manera estoy transitando la vida en esta relación, crezco, evoluciono, me perfecciono, me conozco, avanzo, me permito ser?

¿Quién está a mi lado crece, evoluciona, se perfecciona, se conoce, avanza, se permite ser?

¿Cuál es la razón por la que vale la pena continuar juntos acompañando la soledad que a ambos nos habita, entendiendo que  El amor siempre está en riesgo?

¿Qué nivel de gratificación me entrega mi trabajo, mi relación con mis jefes y  compañeros? ¿De qué manera despliego mi potencial en esta tarea? ¿Hay una razón por la que puedo decir que soy feliz en la vida haciendo esto que estoy haciendo?

¿Merece la pena invertir mi tiempo, mi energía, mi vida en este proyecto? ¿Cuál es la razón para ello? ¿Estoy con plenitud  del trayecto?

 

 

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