03 Ago ¿Lo quieres? mmm no sé, ¡es tan buena persona!
Hemos escuchado una y mil veces el cuerpo grita lo que la boca calla ¡y vaya si se evidencia en una terapia!
Ayer una paciente que llegó a mi consulta arrastrada por su pareja me relató su historia personal. Todo estaba bajo control, no había culpas, resentimientos, miedos, complejos, ni síntomas psicosomáticos que hablaran de un malestar, todo en su vida fluía de la mejor manera. Creció en un hogar armoniosamente funcional, con un padre amoroso y trabajador que supo establecer límites y una madre presente, apapachadora y comprensiva…
Al principio del proceso percibí cierta resistencia a conectar con sus emociones. Pero una vez conectó con ellas su cuerpo empezó a hablar: “no puedo con mis brazos, es como si una fuerza me tirara hacia abajo y no me dejara avanzar”.
—Qué te pesa en tu vida hoy— pregunté.
—Nada— replicó mi paciente.
— ¿Nada?, deja que tus manos hablen, desconecta la ingeniera que hay en ti y deja que tus manos hablen, que ellas se expresen. ¿Si tus manos hablaran que dirían?
Después de mucho insistir, finalmente mi paciente desconectó su mente racional, su súper yo (conciencia moral y el ideal del yo), su censurador y habló:
— “Me pesa mi relación de pareja, tengo duda de seguir avanzando, miedo de continuar allí, miedo de convertirme en la persona que él quiere que sea, miedo de irme a vivir con él y perder mi libertad, miedo a perder mis amigos y mis relaciones actuales… aún tengo rabia… invadió mi privacidad,…
—¿Quieres seguir allí?
—A veces no, a veces sí.
—¿Cuándo si quieres continuar y cuando no?
—No cuando me aparecen todos esos miedos y sí cuando pienso todo el tiempo que llevamos juntos, el bienestar que me ofrece y el buen ser humano que es…»
Actuar de acuerdo a la forma como pensamos y sentimos eso es la coherencia y allí está el secreto de la curación: encontrar las emociones escondidas que generan el conflicto y desatan la enfermedad o la desarmonía.
¿De qué manera mi paciente pudo conectar con aquello que le estaba perturbando? ¿Y que definitivamente no era algo que quisiera ocultarme?
Que confió y me permitió llevarla a la situación activadora, el origen, la raíz, para conectar con lo inconsciente con ese 95% que regula nuestra existencia, con lo que su mente racional no aceptaba pero su cuerpo estaba gritando. De esta forma se llega a la historia oculta y por ende a la emoción reprimida. Ello genera una nueva conexión neuronal y por supuesto se requiere llevarlo a la acción. Cambiando las creencias irracionales y limitantes que bloquean la coherencia cerebro- corazón: en el pensar, sentir y actuar.
Entonces aquí te das cuenta que no es el terapeuta el que te sana sino quien te apoya en el proceso, ¡tú eres quien tiene el poder de cambiar tu vida!
¿Quieres cambiar tu vida? ¿Conectar con los mensajes inconscientes que grita tu cuerpo?, anímate y contáctame: https://lmhoyosduque.com/contactenos/
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