17 Feb Esos detalles que enamoran
Retomo hoy la conducta de los niños para que a la luz de sus acciones y vivencias reaprendamos los adultos; estos pequeños maestros nos enseñan cosas sorprendentes y lo único que tenemos que hacer es permitirnos el espacio para aprender.
Hoy estuve de compras con Andrés, mi hijo mayor quien tiene doce años, le compré dos o tres cosas que para él eran importantes, de poco valor material, pero con las cuales él estaba realmente encantado, de ello me pude dar cuenta en la noche. Antes de irse a dormir, apareció en mi cuarto con un: “mami cierra los ojos, no los vayas a abrir, es sorpresa, me entregó algo, pude sentir un paquetico liviano, luego me dijo: ahora puedes abrirlos. En mi mano reposaba una cajita de acetato y dentro de ella siete velitas de brillantes colores, de esas flotan en agua y que puedes encender. Sobre la cajita había esta pequeña nota, textual: hola mamita quería celebrar este día tan maravilloso de compras que tuvimos hoy, feliz día Andy/97.
Sus ojos chispeaban de alegría y expectación viendo mi entusiasmo y agrado ante su regalo, yo estaba fascinada, era un regalo tan lindo, tan acertado a mi gusto, y lo más especial… esa tarjetica… me trasmitía todo su contento por nuestro día.
Hemos escuchado desde pequeño la importancia de los detalles, pero a medida que vamos sumando días, meses y años a nuestra vida, vamos dejando de lado este maravilloso lazo de comunicación con los otros, nos vamos encerrando en la concha de nosotros mismos y olvidamos eso: los pequeños detalles.
Los detalles definitivamente te atrapan, te seducen y cuando Andrés me regaló las velitas y su tarjetica me puso a reflexionar sobre los detalles y su condición para que realmente enamoren:
Los detalles son espontáneos: se dan porque si, porque me nace de lo profundo del ser para expresar mi gratitud, mi cariño, mi amor, mi afecto, mi admiración, en fin para expresar sentimientos sinceros.
Los detalles apuntan a agradar al otro: un detalle que sale del corazón consulta los gustos, preferencias y percepciones de quien lo recibe.
Los detalles nos enseñan la emoción de dar: dar con amor y apuntando al otro, nos introducen en una corriente, en el flujo gozoso de llevar alegría, de darnos a nosotros mismos, los regalos entregan nuestra huella.
Cuando das con amor y pensando en el otro, toda tu energía está volcada allí en ese deseo de comunicar tu afecto, tu amor.
Los detalles son polidimensionales: son para entregar a mamá, a papá, los hijos, tus hermanos, tus tíos, tu pareja, los amigos…
La condición del detalle es que realmente nazca de lo profundo del corazón y se alimente de la honestidad y la sinceridad. Esto realmente se percibe y es lo que finalmente genera ese flujo maravilloso del gozo en el dar y el recibir.
Los detalles no necesitan comprarse: los detalles vienen en diversos paquetes: una sonrisa, un fuerte o un cálido abrazo, un caluroso apretón de mano, un beso, una notica, una frase amable que rescate al otro, que le recuerde tu afecto. Todas las formas son validas si tienen el sello “nacido del corazón”.
¿Cuáles son tus detalles?, ¿de qué manera ingeniosa y creativa demuestra tu afecto? ¿Qué regalos has recibido con la impronta de la genialidad y ese sello característico?
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