24 Dic ESCRIBIENDO Y LIBERANDO MIS CONFLICTOS
Con bastante frecuencia sugiero a mis pacientes escribir, para soltar un miedo, una culpa, un resentimiento con alguien. Para expresar lo no dicho a una pareja ultrajante, a un padre ausente, a un amigo que se portó en forma desleal… las emociones y sentimientos reprimidos nos afectan a nivel físico y psíquico.
El colega James W. Pennebaker ha realizado extensa investigación durante las últimas tres décadas en torno a la escritura reflexiva o curativa: “Escribir puede ser una avenida hacia un lugar interior donde podemos confrontar traumas y ponerlos a descansar, y sanar”. La bioquímica del cerebro cambia produciendo mejoras en nuestro sistema inmune y cardiovascular, entre otros.
A continuación te cuento la formas en la que puedes abordar esta experiencia, haz la prueba, te sentirás ligero de equipaje.
· Retírate a un lugar tranquilo al final de tu jornada laboral o antes de ir a la cama.
· Hazte la promesa de escribir tres o cuatro días continuos por espacio de quince a treinta minutos. Sobre el mismo asunto o asuntos diferentes.
· Escribe de forma automática, sin cuidar de la forma, errores de ortografía, belleza o coherencia del texto.
· Elije escribir a mano, incluso hazlo con tu mano no dominante, te darás cuenta de que las emociones se expresan con mayor fuerza.
· Si te cuesta escribir en un principio, háblale a tu grabadora.
· Ten claro sobre qué quieres escribir: una preocupación persistente, sueños reiterativos, una situación que está entorpeciendo tu vida, algo que has estado soslayando, una persona que se ha convertido en una piedra en tu zapato.
· Instrucciones para escribir. Método del Dr. James W. Pennebaker y Sandra Beall
En los siguientes 3-4 días escribe sobre tus emociones y pensamientos más profundos acerca de la experiencia más difícil de tu vida. Déjate ir y explora dichas emociones y sentimientos. Cuando estés escribiendo, enlaza esta experiencia con tu niñez, la relación con tus padres, las personas que has amado y amas en estos momentos; incluso con tu carrera. ¿Cómo esta experiencia ha influido en la persona que hubieras querido ser, la que has sido en el pasado, y la qué eres actualmente?
Método con dos fases:
Fase de Catarsis: Teniendo ya identificado el tema o situación, has una especie de catarsis, donde escribes todos los sentimientos y emociones relacionados con el tema: la rabia, el dolor, el miedo, el rencor, etc., que haz sentido en el pasado y aún sientes en el presente… Lo más importante es ser honesto contigo… puedes llorar, maldecir, reír, gritar… y pensar que a medida que las escribes se alejan de ti. Si la escritura se torna muy dolorosa, puedes hacer otra cosa y continuar al día siguiente. Cuando sientas que has desahogado los sentimientos y las emociones guardadas, puedes pasar a la siguiente fase.
Fase de reinterpretación o reescritura: En esta fase relee el texto escrito y reflexiona sobre el mismo, trata de ordenar las ideas. Es necesario que evites los pensamientos irracionales, que ya deberían haber salido en la primera fase. Si no es así, vuelve a la primera fase. Al reflexionar sobre lo escrito, la idea es reinterpretar lo sucedido con un espíritu positivo, sin autoengaño y coherencia. Te puedes hacer las siguientes preguntas:
· ¿Qué pasó, en qué momento, dónde y cómo?
· ¿Quiénes estuvieron envueltos y cómo pienso que fueron afectados por la situación planteada?
· ¿Cuáles fueron mis pensamientos y qué emociones estuvieron involucradas?
· ¿Qué pienso ahora y cómo me he sentido desde entonces hasta hoy?
· ¿Cómo reaccioné y me sentí al actuar así, qué consecuencias creo que tuvo pensar, sentir y actuar así?
Es necesario que descartes los pensamientos que alimentan el dolor; se trata de sanar. Y para descubrir los aspectos positivos de una situación traumática, puedes hacerte las siguientes preguntas:
· ¿Quién me apoyó?
· ¿Qué me ayudó a seguir adelante?
· ¿Qué valores personales me alientan a seguir con mi proyecto de vida?
La reinterpretación positiva de una situación traumática a través de la escritura, te permite indagar sobre otros posibles significados de tu realidad, y te hace más conscientes de tus actos, a valorar sus consecuencias, desde otros puntos de vistas.
· Muchas personas no han tenido grandes experiencias traumáticas en la vida, pero la mayoría ha tenido grandes conflictos y factores estresantes en sus vidas, y se puede escribir sobre ellos también.· Algunas personas pudieran sentirse, de cierta forma, tristes o deprimidos después de escribir. Estas sensaciones, normalmente desaparecen en un par de horas. Si encuentras extremadamente difícil escribir sobre un tema determinado, simplemente detén la escritura o cambia de tema.· Es posible no querer enfrentar los traumas, preferir olvidar y no hurgar en la herida; sin embargo, a la larga, el esfuerzo por inhibir el trauma acaba con la salud física, y tarde o temprano, te va a afectar psicológicamente.
· Qué hacer con el texto escrito.
Lo que haya escrito es para ti y solo para ti. El propósito es que seas completamente honesto contigo mismo. Cuando escribas, piensa que al finalizar la escritura, botarás ese texto. Sin embargo, algunas personas, guardan sus escritos, y los editan, cambiando lo que escribieron diariamente. Otras lo guardan para revisarlos más adelante y ver cómo han cambiado. Otros los queman, los borran, los rompen en pedacitos y los lanzan al mar; o dejan que se los lleve el viento. Yo sugiero a mis pacientes que los quemen y pongan las cenizas en una maceta. Es tu decisión guardarlo o botarlo.
La medicina de la escritura no solo mejora nuestra salud física, también nos ayuda a conocernos mejor, nuestros problemas y alegrías, virtudes y defectos, fortalezas y debilidades. Nos aporta serenidad, haciéndonos emocionalmente más inteligentes y competentes para discernir entre lo positivo y lo negativo. Nos hace personas más adaptadas y enriquece nuestras relaciones. Escribir puede sanar. Y este poder queda en nuestras manos.
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