07 Sep ¿Quién mató a mi hermano?
Atender a los chicos siempre me embarca en una experiencia mágica. Se conectan de manera estupenda con sus emociones y síntomas. La falta de ego les permite sanar esos asuntos angustiosos de su primera infancia de forma rápida y asombrosa. Juan transita la adolescencia mediana, tiene 16 años.
Llegó algo asustado. La primera cita que le abrí, la canceló porque a última hora el chico se negó a asistir.
— ¿Juan qué te decidió a venir? Su respuesta me enterneció…
— Quiero cambiar y poder tener una persona de confianza a quién contarle mis cosas.
— ¿Qué sientes que necesitas cambiar?
— A veces fumo marihuana para tranquilizarme. Soy muy grosero con mi mamá, pero es que ella es muy alegona. Yo sé que muchas veces tiene la razón, porque soy muy desordenado y voy mal en el colegio. Pero por ejemplo, recojo el desorden y ella sigue alegando. Mi papá no es así.
Empiezo con Juan a hacer un ejercicio de sensoterapia. Esto es, llevarlo a meterse en el flujo de su energía, conectar con sus diferentes canales perceptuales: sensorial, visual, auditivo… en este enlace puedes conocer los preliminares de la experiencia:Ejercicio de sensoterapia
Juan se empezó a conectar con los momentos en que la rabia se apoderaba de él y quería acabar con todo y luego aparecía la insoportable y mal oliente culpa.
Iniciamos la resignificación de la experiencia y cuando le pedía feedback, Juan me decía: “todavía siento algo aquí adentro, algo en el vientre es redondo y muy pesado”.
—Juan deja que eso se exprese, ¿qué es, o de quién procede esa información?
—No sé.
—Observa, siente, ¿de qué habla eso pesado y redondo?, ¿qué te hace sentir?
Finalmente Juan dijo: ya sé que es, es esa rabia, esa tristeza, ese no saber qué hacer, ¿quiénes mataron a mi hermano?
—Háblame de tu hermano.
—Mi hermano era soldado del ejército, venía muy poco a la casa y se quedaba también muy poquitos días. Cuando él decía que iba a venir yo sentía que el corazón se me iba a salir de adentro. Él hacía lo que mi otro hermano nunca hizo, siempre salía conmigo, me llevaba donde su novia para que yo no me quedara solo. Me hace mucha falta mi hermano, ¿por qué lo tuvieron qué matar? Siempre le decía, lo quiero. Él me abrazaba y se reía.
Seguí trabajando con Juan, exorcizando sus rabias, resentimientos, culpas y miedos, soltando el pesado equipaje, la basura emocional que no le aportaba nada…
Una paciente le venía a su mente el pensamiento de hacer daño a sus chicos. Son mas frecuentes de lo que parecen, aunque da vergüenza cometanarlo.
Características
No los quiero tener -No se corresponden con mi forma habitual de pensar
Contenido agresivo bizarro o sexual. Algo falla en el filtro de la mente.
Qué hacer?
No soy yo, no soy este pensamiento. Tengo un dolor de cabeza, llama tu atención pero tu no eres ese dolor. .
2. no lo alimento desvió mi atención hacia otra cosa. Hago otra cosa,, como cuando teng un dolor si no le presto atención se va. Pongo música, hablo con un amigo, pinto.
3. causa: parte de algún tipo de trastorno emocional puede derivar de cuadros ansiosos o depresivos, o derivados de un trastorno obsesivo, con un poco de tratamiento psicológico, medicación o los dos puedo superarlo.
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