20 Oct ¡Ayúdeme, mi mamá tiene Alzheimer!
La hija de Karina me buscó remitida por el neurólogo de su madre y fue clara con su planteamiento: el objetivo es que mi mamá pueda “hablar” con un doctor, un especialista que sepa cómo trabaja la mente, un psicólogo que pueda trabajar con el Alzheimer. El fin NO es hacerle ver que está enferma, sino por el contrario, la ayude a reflexionar sobre las cosas que le enojan o que la incomodan para que ella pueda asimilarlas mejor. Esto es, porque está cada vez más acentuado su mal humor y creo que si platica con alguien que sepa de psicología humana, sabrá cómo ayudarla para que pueda enfrentar las cosas que no le gustan o que la frustran. Creemos que necesita estar con alguien que sepa «retarla» intelectualmente de forma adecuada, sin sentirse amenazada.
Karina llegó a la consulta acompañada de su enfermera. Está en la fase inicial de la enfermedad. Es una mujer menuda, muy bien cuidada, las uñas y el cabello perfectamente organizados por su peluquera. Habla varios idiomas. Inglés, francés, alemán, italiano, checo.
Plantee algunas consideraciones y recomendaciones para su familia, que podrían serte útiles para ti y los tuyos si tienes un ser querido con esta enfermedad.
Consideraciones y recomendaciones
1. Téngase en cuenta que algunos comportamientos como vagar por la casa, tener arrebatos de irritabilidad y agresividad, pueden ser una forma de comunicación.
2. Existen otros cambios en el comportamiento como pueden ser apatía, depresión, tristeza, falta de interés por las actividades y tareas que se desarrollan normalmente. Estas alteraciones hacen que, muchas veces, el paciente, consciente de sus pérdidas, se asuste y reaccione agresivamente.
3. Socialización y comunicación: es importante que se le hable y se le recuerden situaciones y tareas cotidianas, abriendo el espacio para el uso del lenguaje.
4. El objetivo del acompañamiento y las terapias es la rehabilitación, restaurar funciones perdidas o disminuidas con la finalidad de promover un nivel máximo de independencia, bienestar y calidad de vida. La experiencia ha demostrado que pacientes bien cuidados y que reciben terapia de rehabilitación, no sólo presentan mejores condiciones de vida y de convivencia, sino que hasta han llegado a presentar mejoría en sus funciones cognitivas.
5. En el punto anterior resalté independencia, que implica autonomía. Es importante respetar hasta donde sea posible, la autonomía del paciente. Es fundamental que los acompañantes adopten la actitud de alguien que ayuda y colabora y no que asuman una posición de control y dirección, ya que actitudes de este tipo terminan por inhibir su participación e iniciativa y puede convertirse en dependencia total. El rol de las acompañantes será el de orientar las acciones y maximizar las habilidades que el paciente aún tiene.
6. La paciencia, el cuidado afectuoso y comprensivo serán las herramientas fundamentales para guiar el acampamiento.
Implementar:
1. Desarrollar ejercicios de estimulación cognitiva: crucigramas, sudoku, sopa de letras…
2. Actividades de lectura y comprensión. Abriendo el espacio para el dialogo y la discusión.
3. Motricidad fina: realizar ejercicios de escritura, dibujo y ejercicios de caligrafía. Aquí se debe poner gran énfasis y de nuevo llamar a la paciencia.
4. Colorear mándalas acompañada de música: actividad que implica concentración y el trabajo de la motricidad fina.
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