08 Nov Aprenda a descifrar el significado del llanto en los niños
Por: Astrid López Arias
Foto: 123RF
No acostumbre a su hijo a decirle a todo que sí. Establezca límites entre lo que se da y lo que no.
El que un niño pequeño llore no tiene nada de extraño, pues en los primeros meses de vida es el código de comunicación con mamá y con los que lo rodean.
“Llora por hambre, frío, calor, estreñimiento, gases, sueño y, en el peor de los casos, por enfermedad. Todas, razones relacionadas con la insatisfacción de sus necesidades básicas o su estado anímico”, explica Ana María Suárez, puericultora y experta en crianza.
Lo que ya no es común es que niños mayores de los 2 años, que van al jardín y comparten espacios diferentes al familiar, lloren de manera recurrente, sin causa aparente, que se tornen irascibles e irritantes, que ese llanto sea incontrolable y que cause, incluso, ahogo, desmayo o agresividad.
Para expertas como Patricia Camacho Berrío, máster y entrenadora en programación neurolingüística, “un niño actúa así, con mal comportamiento o se enferma, como reflejo de su ambiente”.
Lo que quiere decir la experta es que el problema puede no estar en el niño, sino en la forma como se está educando o en el ambiente que lo rodea. “Hay que trabajar con el sistema completo, ya que el niño es solo un síntoma de que ese entorno está mal. Una vez el síntoma aparece en el pequeño hay que tratarlo, ya sea de forma médica, cognitiva o psicológica”.
Buscando en casa
Atendiendo a lo que sugiere Camacho, los niños mayores de 18 meses están en la etapa en la que consolidan su independencia, “se están dando cuenta de que son ellos mismos, no la prolongación de sus madres. Entonces entran en un momento de confusión y miden a través del llanto y la pataleta su capacidad de comunicarse y llamar tu atención. Esta es una etapa en la que necesitan sentirse seguros, por lo que hay que establecer un contacto más amoroso con ellos”.
Hacia los 3 años de edad, el niño afirma su personalidad y las pataletas y las crisis de llanto deben quedar atrás como medio de expresión y dar paso al lenguaje.
Camacho dice que hay que validar que el niño esté cómodo, satisfecho en su alimentación, que no le duela nada y analizar el ambiente en el que está creciendo, pues si este es hostil y allí se grita, el pequeño aprenderá a comunicarse de esa forma”, con llanto e irritabilidad.
“Es importante que los padres no dejen que se haga todo lo que el niño quiere, ya que puede entender que si llora y no se calma obtiene lo que desea, tomando esa actuación, en cierta forma, como un medio para manipularlos”, sostiene la puericultora Suárez.
Por su parte, la psicóloga de la Universidad Javeriana Clara Navas, experta en psicología infantil y adolescente, añade que “es importante que los papás y sus cuidadores realicen una evaluación honesta de cómo están desarrollando su papel, ya que en ocasiones se suele centrar toda la atención en lo problemático que es el menor y no se mira si el problema radica en nosotros o en lo que pasa dentro de los hogares”.
¿Qué hacer y cuándo?
Hable siempre con sus hijos, no crea que porque son pequeños no entienden. Busque la razón de su actitud, y de notar algo irregular en su comportamiento, como temores ligados a personas o lugares, consulte con un psicólogo especialista en niños.
En el colegio
Como lo explica Angélica Bermúdez, directora de Preescolar del Gimnasio Alessandro Volta, es importante una comunicación constante entre el colegio y la familia, pues ese llanto sin explicación podría originarse en que “el niño aún no tiene un lenguaje oral claro, por lo que puede darse la frustración y, por ello, llora para comunicarse”.
Además, indica Bermúdez, “si el llanto del niño se asocia a la falta de madurez en algún aspecto del desarrollo, y http://www.eltiempo.com/los padres o la maestra detectan esa dificultad psicológica o cognitiva,
hay que consultar”.
Astrid López Arias
Redacción ABC del Bebé
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