06 Dic Colombia: en el top 10 de pérdida de visión por uso prolongado de pantallas
Seguramente le ha pasado: desde que comienza su jornada laboral se sienta frente al computador sin medir la distancia entre la pantalla y usted, se queda durante horas mirando el mismo cuadro y en sus pausas activas o en horas de alimentación, descansa viendo un video de YouTube o las noticias en la televisión.
Al final del día, pasó más horas de las que sospecha frente a las pantallas. De hecho, durante 2020, el uso de dispositivos móviles aumentó a escala global: 76 % de la población entre 16 y 24 años pasa más tiempo en los celulares, mientras que 45 % del total de la población lo hace en computadoras, 34 % en televisión y 22 % en tabletas, según el estudio Screen Time Countries (Tiempo de pantalla en países) sobre la salud visual global, realizado por la empresa británica Feel Good Contacts.
La permanencia en frente de las pantallas no solo puede afectar su salud mental y sus relaciones sociales, sino que, además, tiene impacto directo en sus ojos. Dicho estudio encontró correlación entre estos dos factores y dejó a Colombia en el lugar número 10 entre los países más afectados.
Según este trabajo, India tiene la mayor relación entre tiempo en pantalla y aumento de pérdida de visión, con seis horas y 36 minutos en línea al día y 22,7 % de la población con deterioro visual. Colombia, por su parte, alcanza 10 horas y siete minutos y 13,7 % de personas con esta afectación.
Sin embargo, el tiempo de uso de dispositivos no es la única variable que afecta. China, por ejemplo, tiene pocas horas en línea, pero altos niveles de pérdida. El estudio determina que dependerá también de la edad y procedencia de las comunidades, pues ya la Organización Mundial de la Salud -OMS- ha acordado que esta problemática es más común en países más pobres.
Son 2.200 millones de personas las que sufren algún tipo de disminución de visión y lo más cuestionable es que la OMS agrega que 80 % de estos casos se pudieron prevenir.
Los peligros de las pantallas
A partir de datos sobre problemas de visión en 2020, Feel Good Contacts analizó también diferentes tipos de pérdidas, como la visión de cerca, de lejos y la ceguera, acordando que “las tasas aumentaron con más tiempo en línea”.
Aparte de Sudáfrica y Colombia, los demás países en el top 10 son asiáticos, con India, Indonesia y Tailandia encabezando la lista (ver gráfico). Japón, sin embargo, fue el que menos cantidad de tiempo pasó frente a dispositivos móviles, con solo cuatro horas y 25 minutos.
El estudio reconoce que hay excepciones y valores atípicos en la lista, como China, que pasa pocas horas en línea (5:22), pero aún así tiene pérdidas de visión altas; o Argentina, donde a pesar del largo tiempo en pantalla las afecciones son pocas. “Esto sugiere que las pantallas son solo uno de los muchos factores que pueden dañar nuestra visión”, concluye el estudio.
De acuerdo con el coordinador de Optometría de la Universidad CES, Mauricio Castro González, esta clase de estudios deben tener en cuenta no solo las horas de trabajo, también el país y su situación socioeconómica, el tipo de población, su edad, sus factores de riesgo y demás, pues todo esto influye en los resultados.
Lo que sí queda claro es que tanto lo que concluye el estudio como lo que ha mencionado previamente la OMS es cierto: suele ocurrir que en los países más pobres hay mayor prevalencia de problemáticas relacionadas con los ojos.
Castro González cree que esto ocurre porque la higiene visual requiere de diferentes cuidados y garantías. “El estado nutricional, por ejemplo, es fundamental para un buen desarrollo de cualquiera de nuestros órganos y sistemas. El visual requiere vitaminas, en especial la A, antioxidantes, minerales y más para que el ciclo de la retina y otras estructuras del ojo funcionen bien”.
Sumado a esto, explica el médico, los malos hábitos aumentan las incomodidades y afecciones, por lo que “aunque la tecnología nos acompañe, debemos usarla responsablemente, pues gran cantidad de dificultades se pueden prevenir” (ver ¿Qué sigue?).
Los sistemas de salud y el acceso a ellos, la posibilidad de adquirir lentes o gafas correctoras y protectoras de luz y la disponibilidad de especialistas en las comunidades también influyen en que los problemas simples de visión se agraven y, por lo tanto, los más pobres o aislados siguen siendo los más afectados.
De las más de 285 millones de personas con discapacidad visual del mundo, 39 millones son ciegas y 246 presentan baja visión, según datos recopilados por el Programa Nacional de Atención Integral en Salud Visual 2016-2022, del Ministerio de Salud de Colombia.Los países pobres, por su parte, concentran 90 % de esa carga mundial de discapacidad.
Malas prácticas
Visión doble o borrosa, dolores de cabeza, picazón, ojos secos e irritados son algunos de los síntomas del síndrome de visión por computadora causado por periodos prolongados de uso de estos dispositivos. En este, músculos de los ojos pierden capacidad de enfocarse y se tensionan, además de reducir su cantidad de parpadeo y, por lo tanto, la lubricación.
Castro explica que en algunos casos el parpadeo disminuye hasta 50 %, teniendo en cuenta que “este movimiento es el responsable de distribuir la lágrima en los ojos, por lo que se sufrirá de resequedad. Eso se traduce en ardor e incomodidad”.
Sumado a esto, explica que se suele tener los dispositivos ubicados a una distancia menor a la recomendada de 40 centímetros, “haciendo que el sistema se paralice, que el músculo se acomode. En Asia, por ejemplo, hay estudios que indican que la población menor de 25 años aumentó la prevalencia de miopía hasta 90 % y en Europa hasta 45 %”.
El contraste alto, continúa, genera fatiga visual: “No es lo mismo leer un texto impreso, a blanco y negro, a tener los altos brillos de los computadores y celulares”, y la radiación ultravioleta que estos emiten debe estar con longitudes de onda por debajo de 400 nanómetros, teniendo en cuenta que ya a esos valores son nocivos y favorecen la degeneración ocular, el crecimiento de cataratas y terigios.
Problemática en Colombia
El programa de MinSalud indica que en América Latina la prevalencia de ceguera pasa de 1 % en zonas urbanas con buen desarrollo socioeconómico a más de 4 % en rurales o marginales. “La principal causa de pérdida de visión es la catarata, que continúa siendo un problema de salud pública en las zonas desatendidas por los sistemas de salud”.
Otras causas son la retinopatía diabética, el glaucoma y “la retinopatía del prematuro que se presenta en los países de ingresos medios y progresivamente en países de ingresos bajos en proporciones epidémicas debido a una atención neonatal no óptima”.
En Colombia, y de acuerdo con el Análisis de Situaciones de las Alteraciones de la Salud Visual, 5,43 % de las consultas por enfermedades no transmisibles están relacionadas con los ojos.
Sin embargo, esos números solo indican aquellos que tuvieron la oportunidad de consultar, pero la realidad es diferente: existe una “concentración excesiva de oftalmólogos en Bogotá y Antioquia, dando como resultado una carencia de los mismos en el resto de las regiones más aisladas”, dice el Ministerio.
Solo la cifra ideal de cirugías por cataratas, que para el caso debería ser 3.000 como mínimo indispensable para el adecuado control de la ceguera, fue en realidad 1.500 para el último dato de 2014. Para mejorar esta situación, el Programa Nacional de Atención Integral en Salud Visual 2016-2022 estableció una política integral de atención de salud conformada por un marco estratégico y un modelo operacional.
Castro González puntualiza que en Colombia “las actividades de prevención deben ser mayores, las empresas con sus ARL deberían promover la salud y se debe trabajar en el desconocimiento. A pesar de los limitantes de acceso a estos servicios en zonas del país, se debe procurar que la información sobre buenas prácticas sea masiva para que las personas, con hábitos sencillos, puedan prevenir y revertir”.
Finalmente, teniendo en cuenta que 80 % de los casos de ceguera se pueden prevenir, como ya han dicho los expertos, tanto la población como las políticas del Gobierno deben procurar el bienestar visual que es, como dice MinSalud, indispensable para el correcto desarrollo y aprendizaje desde los primeros años de vida hasta la independencia en los últimos .
Seguramente le ha pasado: desde que comienza su jornada laboral se sienta frente al computador sin medir la distancia entre la pantalla y usted, se queda durante horas mirando el mismo cuadrado y en sus pausas activas o en horas de alimentación, descansa viendo un video de YouTube o las noticias en la televisión.
Al final del día, se pasó más horas de las que sospecha frente a pantallas. De hecho, durante 2020, el uso de dispositivos móviles aumentó a escala global: 76 % de la población entre 16 y 24 años pasa más tiempo en los celulares mientras que 45 % del total de la población lo hace en computadoras, 34 % en televisión y 22 % en tabletas.
Eso no solo puede afectar su salud mental y sus relaciones sociales, sino que, además, tiene impacto directo en sus ojos. El estudio Screen Time Countries sobre la salud visual global realizado por Feel Good Contacts encontró correlación entre estos dos factores y dejó a Colombia en el lugar número 10 entre los países más afectados.
Según este trabajo, India tiene la mayor relación entre tiempo en pantalla y aumento de pérdida de visión, con seis horas y 36 minutos en línea y 22,7 % de la población sufriendo de deterioro visual. Colombia, por su parte, alcanza 10 horas y siete minutos y 13,7 % de personas con esta afectación.
Sin embargo, el tiempo de uso de dispositivos no es la única variable que afecta. China, por ejemplo, tiene pocas horas en línea pero altos niveles de pérdida.
Así, el estudio determina que dependerá también de la edad y procedencia de las comunidades pues ya la Organización Mundial de la Salud ha acordado que esta problemática es más común en países más pobres.
Son 2.200 millones de personas las que sufren algún tipo de disminución de visión y lo más cuestionable es que la OMS agrega que 80 % de estos casos se pudieron prevenir.
Los peligros de las pantallas
A partir de datos sobre problemas de visión en 2020 Feel Good Contacts analizó también diferentes tipos de pérdidas, como la visión de cerca, de lejos y la ceguera, acordando que “las tasas aumentaron con más tiempo en línea”.
Aparte de Sudáfrica y Colombia, los demás países en el top 10 son asiáticos, con India, Indonesia y Tailandia encabezando la lista. (Ver gráfico). Japón, sin embargo, fue el que menos cantidad de tiempo pasó frente a dispositivos móviles, con solo cuatro horas y 25 minutos.
El estudio reconoce que hay excepciones y valores atípicos en la lista, como China, que pasa pocas horas en línea (5:22) pero aún así tiene pérdidas de visión altas; o Argentina, donde a pesar del largo tiempo en pantalla las afecciones son pocas. “Esto sugiere que las pantallas son solo uno de los muchos factores que pueden dañar nuestra visión”, concluyen.
De acuerdo con el coordinador de Optometría de la Universidad CES, Mauricio Castro González, esta clase de estudios deben tener en cuenta no solo las horas de trabajo, sino también el país y su situación socioeconómica, el tipo de población, su edad, sus factores de riesgo y demás, pues todo esto influye en los resultados.
Lo que sí queda claro es que tanto lo que concluye el estudio como lo que ha mencionado previamente la OMS es cierto: suele ocurrir que en los países más pobres hay mayor prevalencia de problemáticas relacionadas con los ojos.
Castro González cree que esto ocurre porque la higiene visual requiere de diferentes cuidados y garantías. “El estado nutricional, por ejemplo, es fundamental para un buen desarrollo de cualquiera de nuestros órganos y sistemas. El visual requiere vitaminas, en especial la A, antioxidantes, minerales y más para que el ciclo de la retina y otras estructuras del ojo funcionen bien”.
Sumado a esto, explica el médico, los malos hábitos aumentan las incomodidades y afecciones, por lo que “aunque la tecnología nos acompañe, debemos usarla responsablemente, pues gran cantidad de dificultades se pueden prevenir”. (Ver ¿Qué sigue?).
Los sistemas de salud y el acceso a ellos, la posibilidad de adquirir lentes o gafas correctoras y protectoras de luz y la disponibilidad de especialistas en las comunidades también influyen en que los problemas simples de visión se agraven y, por lo tanto, los más pobres o aislados siguen siendo los más afectados.
De los más de 285 millones de personas con discapacidad visual del mundo, 39 millones son ciegas y 246 presentan baja visión, según el Programa Nacional de Atención Integral en Salud Visual 2016-2022 del Ministerio de Salud. Los países pobres, por su parte, concentran 90 % de esa carga mundial de discapacidad.
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Malas prácticas
Visión doble o borrosa, dolores de cabeza, picazón, ojos secos e irritados son algunos de los síntomas del síndrome de visión por computadora causado por periodos prolongados de uso de estos dispositivos. En este, músculos de los ojos pierden capacidad de enfocarse y se tensionan, además de reducir su cantidad de parpadeo y, por lo tanto, la lubricación.
Castro explica que en algunos casos el parpadeo disminuye hasta 50 %, teniendo en cuenta que “este movimiento del párpado es el responsable de distribuir la lágrima en los ojos, por lo que se sufrirá de resequedad. Eso se traduce en ardor e incomodidad”.
Sumado a esto, explica que se suele tener los dispositivos ubicados a una distancia menor a la recomendada de 40 centímetros, “haciendo que el sistema se paralice, que el músculo se acomode. En Asia, por ejemplo, hay estudios que indican que la población menor de 25 años aumentó la prevalencia de miopía hasta 90 % y en Europa hasta 45 %”.
El contraste alto, continúa, genera fatiga visual: “No es lo mismo leer un texto impreso, a blanco y negro, a tener los altos brillos de los computadores y celulares”, y la radiación ultravioleta que estos emiten debe estar con longitudes de onda por debajo de 400 nanómetros, teniendo en cuenta que ya a esos valores son nocivos y favorecen la degeneración ocular, el crecimiento de cataratas y terigios.
Problemática en Colombia
El programa de MinSalud indica que en América Latina la prevalencia de ceguera pasa de 1 % en zonas urbanas con buen desarrollo socioeconómico a más de 4 % en rurales o marginales. “La principal causa de pérdida de visión es la catarata, que continúa siendo un problema de salud pública en las zonas desatendidas por los sistemas de salud”.
Otras causas son la retinopatía diabética, el glaucoma y “la retinopatía del prematuro que se presenta en los países de ingresos medios y progresivamente en países de ingresos bajos en proporciones epidémicas debido a una atención neonatal no óptima”.
En el país, y de acuerdo con el Análisis de Situaciones de las Alteraciones de la Salud Visual, 5,43 % de las consultas por enfermedades no transmisibles están relacionadas con los ojos.
Sin embargo, esos números solo indican aquellos que tuvieron la oportunidad de consultar, pero la realidad es diferente: existe una “concentración excesiva de oftalmólogos en Bogotá y Antioquia, dando como resultado una carencia de los mismos en el resto de las regiones más aisladas”.
Solo la cifra ideal de cirugías por cataratas, que para el caso debería ser 3.000 como mínimo indispensable para adecuado control de ceguera, fue en realidad 1.500 para el último dato de 2014.
En el Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud, continúa el programa de MinSalud, había registrados, para el Programa de 2016-2022, unos 1.836 optómetras con subregistro de 20,88 % de especialistas que no están en los datos.
“Según información proporcionada por la Federación Colombiana de Optómetras, se encuentran federados 514 Optómetras. De acuerdo con esto, hay mayor concentración de optómetras federados en la ciudad de Medellín con 11,6%, Bucaramanga con 8,7%, seguido por Cali con 8,7%, Ibagué con 7,0% y Cúcuta con 5,0%.
Así, la mayoría de los especialistas en oftalmología está en Santander, Casanare, Valle del Cauca, Antioquia y Boyacá mientras que, para las fechas, no hubo reporte de médicos en estas especialidades para San Andrés, Arauca, Amazonas, Guainía, Guaviare, Vaupés y Vichada.
Para mejorar esta situación, el Programa Nacional de Atención Integral en Salud Visual 2016-2022 estableció una política integral de atención de salud conformada por un marco estratégico y un modelo operacional.
“Uno de los componentes de operación del modelo son las Rutas de Atención Integral, que define a los agentes del sistema (territorio, asegurador, prestador) y de otros sectores las condiciones necesarias para asegurar la integralidad en la atención a partir de las acciones de cuidado que se esperan del individuo, las orientadas a promover el bienestar y el desarrollo en entornos, así como las intervenciones para la prevención, diagnóstico, tratamiento, habilitación y rehabilitación de la discapacidad y paliación”.
Castro González puntualiza que en el país “las actividades de prevención deben ser mayores, las empresas con sus ARL deberían promover la salud y se debe trabajar en el desconocimiento. A pesar de los limitantes de acceso a estos servicios en zonas del país, se debe procurar que la información sobre buenas prácticas sea masiva para que las personas, con hábitos sencillos, puedan prevenir y revertir”.
Finalmente, teniendo en cuenta que 80 % de los casos de ceguera se pueden prevenir, como ya han dicho los expertos, tanto la población como las políticas del Gobierno deben procurar el bienestar visual que es, como dice MinSalud, indispensable para el correcto desarrollo y aprendizaje desde los primeros años de vida hasta la independencia en los últimos
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