Somos buenos y somos malos – La sombra

Somos buenos y somos malos – La sombra

 

Amerindio estaba hablando con su nieto y le decía: «Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón» Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador. «El otro está lleno de amor y compasión».
El nieto preguntó: «Abuelo, dime, ¿Cuál de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón?» El abuelo contestó: «A quien  yo alimente».

Sobre este  tema  del bien y el mal, dos grandes filósofos se ubican en orillas contrarias: Hobbes considera que el ser humano es egoísta y antisocial por naturaleza, decía que el hombre es un lobo para el hombre, y que el ser humano cede parte de su libertad al estado, para evitar la guerra del todos contra todos. Mientras Rousseau en la orilla contraria afirma  que el ser humano es bueno por naturaleza y que la sociedad lo corrompe al lanzarlo en competencia mutua.

Nos aferramos a la idea  de que somos buenos. La sociedad nos ha entregado un paradigma, ignorar y   pelear   fieramente con nuestra sombra, de manera consciente o inconsciente. Alguna vez en Colombia apareció  un comercial que me producía urticaria y  lo gritaba abiertamente “los buenos somos más” y yo pregunto ¿Y quiénes son los malos?

En el contexto privado a mi  madre, una mujer tierna, amorosa y  asertiva, quien no tiene problema en  cantarte tus verdades y quien es capaz de forzar su espíritu  para acallar sus emociones    políticamente incorrectas,   para conciliar cualquier desencuentro,  le incomoda que se lo diga: madre somos buenos pero también somos malos.

¿Y qué eso malo que nos habita? La sombra, Jung la denominó de tal manera, es una parte  de nuestro psiquismo  que nos sabotea y se lleva por delante nuestros sueños,  objetivos y metas.  Aparece cuando nos desconectamos del deseo, de los nuevos proyectos que nos insuflan vida, que potencia nuestros recursos y cuando nos conectamos con la pulsión de muerte.

No todo son malas noticias,  detrás de esos aspectos sombríos,  negados y temidos, existe la luz,  aspectos numinosos de nuestra esencia que requieren ser alumbrados.

La sombra podemos encontrarla en situaciones o personas que nos espejan y que nos muestra,  en el otro,  ese asunto que nos molesta tanto de nosotros mismos, que no reconocemos  y que necesitamos integrar.  En nuestras manos está el poder de responder,  apuntalados en nuestros recursos o escondidos detrás de la sombra. Entonces aparece un combate entre tú y tu sombra, el ganador evidenciará quien posee el mayor poder.

¿Cuándo te dejas arrastrar por la sombra?

Cuando dilatas, postergas o procastinas un proyecto que te puede llevar al siguiente nivel.

Cuando empiezas a sacar excusas para ir al gimnasio o empezar una rutina de actividad física.

Cuando permites que el miedo te paralice, cuando  no avanzas hacia la toma de esa decisión que intuyes que es inaplazable.

Cuando la tentación se impone y violas tus principios fundamentales.

Cuando dejas de asumir tu responsabilidad y la pones en el otro.

Cuando aplazas tu plan de reducir de peso y te comes los dulces y los azúcares  no recomendables.

Entonces ¿Qué necesito hacer? Darme cuenta y decidir  conectar con la pulsión de vida,  y es cuando me convierto en mi aliado.

Cuando me doy cuenta de que me estoy auto saboteando y decido empezar a diseñar una ruta que desarticule la dinámica que vengo manejando para ir en pos de mis objetivos,  estoy empezando a inclinar la balanza a mi favor, le estoy ganando la batalla a la sombra, estoy descubriendo aspectos de mí desconocidos, me estoy auto descubriendo, me estoy potenciando, estoy creciendo, me estoy despertando, me estoy iluminando, me estoy individuando.

Ps. Luz Marina Hoyos Duque

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