Realidad o fuegos artificiales

Realidad o fuegos artificiales

Los cuentos, las historias, las metáforas tienen el poder del isomorfismo, y ¿qué es eso?, dirás tú. Viene del griego iso morfo, igualdad de forma. ¿Y cómo se aplica esto a los cuentos, metáforas e historias míticas? Me explico, estos relatos conectan con un tema que para tu conciencia puede estar escondido, pero no para tu inconsciente y al escucharlos, al leerlos sí estás preparado para ello, si es el momento oportuno hará click y te llevará a una transformación.

Escucha lo siguiente: Érase una vez un buscador que un buen día decidió dejarlo todo y emprender un viaje hacia la ciudad de Kammir. Poco le quedaba para llegar cuando observó una hermosa colina ante sus ojos. Su intenso verdor, aquellos gigantescos árboles y las hermosas flores que brotaban en cada rincón le llamaron tanto la atención que se alejó del sendero para descubrir aquel idílico lugar.
De repente, se topó con una piedra blanca sobre la que pudo leer: “Aquí yace Abdul Tareg. Vivió ocho años, dos semanas y tres días”. El buscador se percató que estaba ante una lápida y se lamentó de la corta edad a la que había fallecido. Continuó mirando a su alrededor y se dio cuenta que todo estaba repleto de losas que aludían a niños. Aquello que le había parecido el paraíso era un cementerio.
Apenado, se sentó a llorar cuando el guardián de aquel camposanto se acercó para consolarle pensando que quizás tenía allí algún familiar. El buscador le preguntó qué maldición había caído para que aquellos seres hubieran muerto siendo niños. Él le respondió: “¡No existe ninguna condena! En este pueblo los padres acostumbran regalar a sus hijos una libreta al cumplir los 15 años para que vayan anotando todos los momentos vividos. En la izquierda escribimos lo que hemos disfrutado intensamente y en la derecha el tiempo que duró nuestro gozo: el primer beso, el matrimonio, el nacimiento de un hijo, un viaje deseado, un trabajo conseguido… Así, cuando alguien fallece anotamos en su lápida la suma del tiempo de todo lo disfrutado, pues es el único y verdadero tiempo vivido”. Hasta aquí la leyenda.

Yo, voy más allá, también el tiempo del dolor y las lágrimas, el tiempo en que las cosas no salieron bien, los momentos de dolor, de sufrimiento y de angustia también fueron un tiempo vivido y debe anotarse en la libreta de la vida. No seríamos los mismos sin estas experiencias, sin aquellos momentos difíciles, nuestra mochila no estaría repleta de las vivencias que hoy cargamos en ella, si estos atajos, y obstáculos no hubiesen estado en nuestro camino ¡cuánto aprendizaje podemos rescatar de aquello que muchos se obstinan en negar! Cuando observas en perspectiva tu vida y estos momentos te das cuenta que sólo puedes agradecer, cuanto has crecido, hemos crecido gracias a ello.

¿Qué escribirías en tu libro de apuntes? ¿Eres consciente de esos momentos en que estás realmente presente? ¿Estas fascinado con la tragedia? O ¿te obstinas en pretender que todo sea perfecto, con luces de colores, estrellitas y fuegos artificiales? ¿Vives los momentos de dicha y plenitud y te das cuenta del aprendizaje de los baches del camino? ¿Estas atascado? Ten presente que puedes moverte de allí para disfrutar la vida de forma verdadera y aprender de los buenos y de los difíciles momentos.

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