¿Quién te impide SER?

¿Quién te impide SER?

 

En nuestro circulo de mujeres estamos analizando  el capítulo ocho, de mujeres que corren con lobos de la psicoanalista Junguiana Clarissa Pinkola Estés: El instinto de conservación: La identificación de las trampas, las jaulas y los cebos envenenados y de forma coincidente una de las mujeres del circulo nos envía el video de la intervención en naciones unidas de la modelo, escritora y activista somalí Warris Derie que se conecta perfectamente con la temática del capítulo.

A Warris a los tres años se le practica la  ablación, que es la mutilación del clítoris, los labios mayores y menores pues en su cultura los genitales se consideran impuros, así como  para significar la inferioridad de la mujer y  como una manera de controlar su sexualidad. Luego  del corte la mujer es cocida para ganar de nuevo la pureza y el derecho a contraer matrimonio, es un acto realizado brutalmente sin la menor asepsia a las niñas desde los tres años o un poco más grandes cuando las condiciones impiden encontrar a la anciana que realiza este ritual. Muchas chicas mueren después de que se les realiza la ignominiosa práctica, por la hemorragia o por la infección y de allí se deriva un trauma tanto físico como psíquico.

La cultura nos atraviesa, nos dicta normas de cómo actuar o cómo no hacerlo, no obstante la mujer sabia e intuitiva que nos habita nos grita para que salgamos de la prisión, de ese  cautiverio que no nos permite SER.  Warris escuchó los gritos de esa sabia intuitiva a los que Pinkola denomina   hambre alma. Warris tenía s 13 años cuando toma la decisión de fugarse de la “seguridad” de los brazos paternos después de conocer de labios de su padre que le tiene esposo, un hombre  de 67 años.  Eso es lo que su cultura sentencia, es lo que todas las niñas en Somalia y otros países  africanos  cumplen. Era fácil, esperable que Warris en su inocencia siguiera  ese dictado, pero la mujer rebelde y fiera que la habitaba le susurró al oído huye y ella escucha, se lanza a cruza el azaroso desierto, el despiadado clima, las fieras al acecho va en busca de la libertad.

Con una tía materna llega hasta Inglaterra. Y en un recodo de la vida mientras Warris  asea una cafetería del centro de Londres la conoce el fotógrafo de Lady Di quien se fascina con su belleza exótica,  distinta, con sus ojos chispeantes, inicia entonces  una carrera como modelo y llega a las  mejores pasarelas del mundo: Milán, París, Nueva york. Warris  no se pierde entre el lujo y el oropel, cuando una periodista de la revista Marie Claire la entrevista para hablar de su belleza y de su experiencia como modelo Warris  le propone que escuche su denuncia, la vejación de que son objeto las mujeres de 28 países de áfrica, fue la primera mujer que puso el tema sobre el tapete  puso los ojos del mundo allí y de alguna manera cambió la historia de muchas mujeres, aún falta mucho por hacer, aún la práctica no se extingue, por algo se empieza.

De esta mujer y de otras como ella tenemos mucho que aprender, son mujeres que tuvieron el atrevimiento de revelarse a los dictados de su cultura, al sistema, a lo establecido. Y   a veces la rebelión tenemos que hacerla en el seno de la familia, con el grupo de pares o incluso  con nuestra pareja, necesitamos desmarcarnos de aquello y aquellos que nos cortan las alas, que nos limitan, que nos confinan y no nos permiten ser.

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